viernes, 18 de mayo de 2012 - , , , , 0 comentarios
IX

Jamás había visto nada igual,
como aquellos ojos negros
brillando en la oscuridad.

Se acercaba, lo sentía,
podía notar sus manos contra las mías,
por un momento, creí que me moría,
y que mi alma de mi cuerpo, 
poco a poco, se desprendía.

Cerré los ojos, no dormía,
pude sentir como su cuerpo se estremecía.
Intenté moverme, no podía,
algo en mi interior me lo impedía,
y, poco a poco, al llegar el día,
sin decir una palabra,
ella se desvanecía.

0 comentarios:

Publicar un comentario