XXIV
Jamás había visto el cielo tan negro.
Jamás había visto el cielo tan negro.
Pense: "No es cierto, no puede ser."
Una nube de dolor me cubrió el alma,
con ella se marchaba una parte de mi ser.
Para expresar lo que sentí,
no pude encontrar palabras,
pero maldije y prometí
que no hablaría para nada.
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